Tenemos stout.
¡Tenemos stout!
Este post debimos haberlo subido el 29 de noviembre del 2018.
Hace unos 15 años que apenas nacían 2 o 3 (súper respetadas por nosotros) cervecerías artesanales en México, empezaban también a entrar a Méxíco cervezas importadas, algunas históricas que valían mucho la pena. A muchos nos sucedió que, de la nada, acostumbrados a las cervezas macro mexicanas conseguimos esa Stout, cuya marca no mencionaremos porque es muy, muy obvia, la probamos y dijimos…
¿Que?
¿Esto es cerveza? ¿Que?
Sabe más fuerte, más cremoso, a café, chocolate amargo, es negra.
¿Qué está pasando aquí?
Y nos dimos cuenta que el mundo de la cerveza era mucho más grande de lo que nos habían contado.
Y vivimos felices para siempre.
FIN
Ok eso fue sobresimplificado. Pero muchos que lean esto entenderán el punto. Haber probado una stout cuando solo «sabíamos» de claras y obscuras nos hizo saber que existen más cosas, nos abrió las puertas a un mundo desconocido, apasionante y prácticamente infinito.
Este estilo es tan importante para nosotros que la primera vez que hicimos cerveza, hace pocos días, el 9 de marzo del 2010 hicimos el lote hoy conocido como San Mateo 1, del cual aun queda una botella de litro y medio que nadie sabe cuando, ni cómo abriremos.
Hubo muchas «lecciones 1» ese día, empezando con: «No empieces a cocinarla a las 8 de la noche».


Con el contexto presentado, no tenemos mucho más que decir acerca de nuestra Stout. Queríamos tener nuestra interpretación bebible del estilo, y lo es, y la compartimos con ustedes con muchísimo gusto. Ahora saben un poco más de su historia y de la nuestra.
Afortunadamente ha evolucionado mucho desde aquella «SM1» en cuanto a calidad se refiere.
Salud.